Descripció
Este libro nace de la profunda confianza en que la emoción y el arte son componentes esenciales en la bella tarea de educar a niñas y a niños.
El texto surge de la unión y cooperación de educadoras de varias etapas, procedentes del ámbito formal e informal, en torno a la educación artística, con ejes vertebradores como son el juego, la expresión dramática, la creatividad, la educación emocional y la ecología.
Escribimos desde un acercamiento a la teoría, instalado de manera trascendente en la práctica educativa cotidiana.
Ofrecemos ejemplos de experiencias didácticas centradas en el arte y la emoción desencadenantes del conocimiento, con el firme propósito de sumar al objetivo de poner la vida en el centro de la escuela.
Prólogo [fragmento]
Este libro surge de la iniciativa de TransCrea y la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Sevilla para crear sinergia y colaboración en torno a la educación artística, después de varias experiencias de trabajo conjuntas. La primera parte del libro contiene artículos de reflexión sobre el juego, la expresión dramática, la creatividad y la educación emocional, con el fin de exponer el terreno teórico del que partimos.
[…]
Es urgente, el mundo, necesita a personas educadoras que faciliten y cuiden el pleno desarrollo de las potencialidades del niño y la niña desde su libertad de ser.
Es ahora, no podemos esperar. El aumento de casos de acoso escolar, los diagnósticos erróneos, en muchos casos, de hiperactividad en niños y su alta medicación, el incremento de la violencia de género en la población adolescente y el fracaso escolar, entre otros, ponen en evidencia que la educación requiere una transformación profunda.
[…]
La buena voluntad e intenciones, y el desarrollo de programas y planes educativos como los realizados hasta ahora no serán suficientes, porque la educación es y siempre ha sido relación, vínculo afectivo entre el niño, su entorno, y las personas adultas que son referentes para él.
[…]
Necesitamos una Escuela más conectada con la vida, con esa vida que fluye como una catarata por nuestras niñas y niños. Y somos las personas que estamos y estaremos en el futuro involucradas activamente con ellos —ya seamos familias directas, profesorado permanente, los y las que realizamos actividades extraescolares o estudiantes universitarios que serán futuros profesionales de aquella—, los que tenemos la responsabilidad o el llamado de empezar a construir desde abajo esa Escuela conectada a la Vida. Es, por tanto, el elemento humano el que está en juego en la educación de nuestras niñas y niños.
[…]
Apostemos por ser esas personas adultas que las niñas y niños necesitan, seamos el adulto que necesitábamos cuando fuimos niños, aventurémonos a ser los creadores y creadoras de una nueva escuela más creativa y artística, más conectada con la vida.